lunes, agosto 20, 2007

Ya viene Signos de traslado

Y mientras llega, aquí van dos poemas de ese libro aún hipotético.

Casa vacía

Liberada del peso de las cosas
la casa es apenas su recuerdo:
un cubo inhabitado de memoria,
el vacío escondido tras el eco…

Y el eco, ¿la sombra sonora de qué cuerpo?


Mudanza de las cosas

Toda llegada anticipa una mudanza,
cada sangre se sostiene en su latido
―y en ese fluir se advierten los signos del traslado.

Apenas su tosca mansedumbre pisa el suelo,
las cosas urden ya la escapatoria:
en sus vetas la madera traza rutas de salida,
dibuja el tiempo en el tapiz de los sillones
el mapa y la escalera.

No envejece en su sitio la moldura:
madura la ilusión de un nuevo muro
hasta el día en que
―podrido―
cae un fruto del cemento.




(Ambos poemas fueron publicados en el número 40 (primavera de 2007) de la revista Alforja, que puede conseguirse en las librerías Educal de la república mexicana.)

martes, agosto 14, 2007

El Flaco de Oro(pel)

"We hate it when our friends become successful", cantaba Steven Patrick Morrissey, ese semidiós de los atormentados, a principios de la década de los noventa. Cierto. Aunque hay afectos que se sobreponen a esa forma retorcida del cariño y la admiración que puede ser la envidia. Así como la desgracia de nuestros amigos verdaderos nos conmueve y nos sobrecoge, sus éxitos, cuando llegan, nos colman de una íntima alegría, semejante a la que nos dan los propios logros.
Escribió sor Juana que "no ver lo que nos da gusto es dolor", y como no me gusta estar adolorido, he visto con maravillados ojos la noticia de que Eduardo "El Flaco" Uribe, poeta y traductor, ensayista, narrador, guitarrista de ocasión con su Band of Brothers y, antes que todo eso, amigo excelente y principal del que esto teclea, ha resultado beneficiario del programa Jóvenes Creadores (de envidias) del Fonca, en el rubro de Poesía, para el periodo 2007-2008.
"Claro", dirán quienes nos conozcan, "no lo estaría felicitando si él mismo (o sea yo) no hubiera obtenido esa beca el año pasado"... y dirán bien.
Desde el ciberlimbo de estas líneas le refrendo al Flaquito mi más sincera felicitación y hago votos para que, en un futuro no muy lejano, me invite unos tragos con sus pingües ingresos.
Praça da Figueira
por Eduardo Uribe
Enfeito, no meu coração, a Praça da Figueira...
Álvaro de Campos
Yo me enamoré de una puta portuguesa.
La vi en la Praça da Figueira
mientras compraba hachís.
Me tomó de la mano
y me llevó a una covacha del Paraíso.
La cama era infame
pero me eché sobre ella
y llegué más lejos que Magallanes,
me perdí peor que Vasco da Gama,
me revolqué, me hundí, me llené de mar
y navegué sin norte
cabalgando
su sangre
entre suspiros.
Volví todas las noches
hasta que me quedé sin un euro
y un tren me arrancó de Lisboa.
Desde entonces
no he vuelto a encontrar un mar tan agitado:
voy de mujer en mujer
acariciando olas y espumas,
inútilmente.
Es estúpido
que lo diga
pero sólo es posible
tener una juventud
―y la mía
se quedó en la
Praça da Figueira.
Hoy
mi memoria es una fractura:
ya no busco el deseo,
sino algo que haga sangrar el silencio
y sacuda el exilio de los días,
pero cada vez es más verdad que no es posible bañarse dos veces en el Tajo,
y cada vez está más lejos la vieja Lisboa,
y cada vez estoy más lejos de mi querida puta portuguesa,
y cada vez más lejos de mí.

(El Flaco Uribe buscando inspiración poética en las imágenes 3D de una revista soft para caballeros)

jueves, agosto 02, 2007

Cantar del inquilino


En el fondo,
me consuela saber que no soy dueño de esta casa,
que por vivirla he pagado un alquiler que no me ofende.

Me gusta no ser yo quien ha escogido
el tapiz de las paredes,
el sucio claroscuro de la estancia,
el falso esplendor de los espejos
que me humillan mañana tras mañana.

Me conformo con fincar
mi reino en lo inmediato,
saberme caracol,
estar de paso.

Que otra sea la dicha del casero:

Si se trata de elegir
prefiero la medida de mis versos:
en ellos mis palabras
se mueven a sus anchas.

Me gusta no ser yo
sino en lo contingente,
y aquí soy mi propia disidencia.

("Cantar del inquilino" acaba de publicarse en el número 42 (agosto) de la Revista de la Universidad de México, en el que aparecen también poemas de Alberto Blanco, Josu Landa, César Arístides y Mariana Bernárdez).